Entradas

Impasible

 ¿Cuando llega el punto dónde nos volvemos insensibles?, ¿En qué momento miramos al mundo con los ojos grises y sin vida y creemos que todo está bien?. No siento nada. No hay dolor ni tristeza, pero la alegría es ilusoria y la risa nunca es sincera. No hay miedo, no hay disgusto, no hay rabia, no hay nada. El mundo es un teatro, y muchas máscaras debo adoptar para poder pasar y seguir adelante, día a día pienso en mis respuestas, en que debo decir y hacer, cuando hay que sonreir o rabiar para ser parte de un mundo gobernado en emociones. Cierro mis ojos y no siento nada más que mi corazón latiendo, no hay más nada ahí y cuando apoyo mi cabeza al dormir no tengo sueños o pesadillas. Gris y frío es el mundo en el que vivo en donde existo porque sí, porque mi cuerpo se encapricha en dejarme seguir respirando.  Espero que pronto se de cuenta que no hay más nada que no vale la pena seguir adelante, el camino debe llegar a su fin. 

Palabrería

Siempre desprecié el dicho "a las palabras se las lleva el viento", porque da a entender que las palabras son ligeras, ingrávidas y volubles. Sin embargo ellas pesan kilos, a veces toneladas. Cargamos con ellas, con su significancia, con lo que cuesta a veces liberarnos de lo que acarrean.  Son armas que hieren, lastiman y repelen. Son bálsamos que reparan, curan y atraen.  Expresan tanto y tan poco al mismo tiempo.  Creadas por la humanidad en un ideal de unión que cada día se encuentra más lejos, que cada día se encuentra más dividido, más infeliz.  Demasiadas palabras quiero expresar y ninguna se acerca a lo que quiero decir.  No hay sentido, al fin y al cabo, todo terminará pronto. 

Miedo

 Lo desconocido aterra, paraliza y desespera, sin embargo después de un tiempo la convivencia lo asienta al pavor, lo transforma en costumbre. Cuando el miedo se vuelve tu mejor amigo, tu más fiel compañero ¿Qué más se puede hacer?, ¿Qué necesidad hay de pelear, de sufrir, de padecer?. Su abrazo es frío, asfixiante y cercano, me conoce, me conoce muy bien; sabe mis más repugnantes secretos, mis tristes miserias, mis mentiras y mi dolor. ¿Cuál es el punto de intentar huir si siempre me va a encontrar?. Cuando duermo me obliga a despertar, y despierto no me permite descansar. Corta al hueso, duele, y sin embargo reconforta. Él sabe que yo lo quiero y que me causa dolor pero no le importa, le gusta, es su único propósito, su gran misión. No puedo dejar de padecer, el miedo me domina, me ama y en este retorcido mundo, yo lo amo también. 

Pérdida

 ¿Cuánto tiempo debe pasar para empezar a sentir algo más que pérdida?. Me pregunto ésto cada vez que despierto y cuando cierro mis ojos al final del día. Mis sonrisas, mis risas no se sienten auténticas; me siento hueca, vacía, perdida. No encuentro el norte y no veo el camino, sigo caminado por costumbre, porque creo que debo hacerlo, porque sí. El tiempo no pasa y al mismo tiempo desaparece alrededor mío, perdido; horas, días, semanas, meses y años pasan a mi lado sin sentirlos, los vivo pero no me siento con vida. Victorias vacías, ganancias despilfarradas, creencias perdidas. Me cuesta respirar, mis nervios destrozados, mis preocupaciones banales, la sensación de que el futuro no llegará.  Quiero salir, quiero vivir, quiero sentir, quiero creer. Pero, ¿Cuál es el punto?, ¿Para qué?. Al final del día, al final de mis días no soy nada, no soy nadie. No he logrado nada, lo único que he ganado es pérdida.